la flora es muy pobre o casi inexistente, la abundancia de sales minerales y de oxigeno en las aguas antárticas favorecen el desarrollo del plancton, formado por microorganismos vegetales y animales. De particular importancia biológica y económica el krill, pequeño crustáceo sumamente abundante en esas aguas. La fauna mucho más desarrollada, ubica a distintos tipos de elefantes marinos, focas, orcas y aún ballena franca y ballena azul, el mamífero más grande del mundo que se establecen en aguas tranquilas, más cercanas al continente. Muchas veces reciben a los cruceros y los acompañan durante horas.
La mayor parte de las aves que podemos ven en la Antártida son pingüinos, exclusivos del hemisferio sur, no vuelan, sus plumas son impermeables al agua y tienen llamativos hábitos sociales. Distintos tipos de albatros, petreles, cormoranes, y palomas antárticas completan el inventario de aves de la región.
El cambio climático global se suma a la pérdida de hábitat y a la contaminación ambiental como factor de grave amenaza para la supervivencia de las poblaciones de aves migratorias. Es lo que se desprende del estudio “el estado de las aves informe 2010 sobre el cambio climático“, obra del Laboratorio de Ornitología de Cornell y presentado, ayer jueves, en Austin, Texas, por el secretario del Interior estadounidense Ken Salazar.




















